La unidad de habitación,
está ubicada en la ciudad de Marsella, Francia, fue el primer encargo que
recibe el arquitecto del Estado francés, y surge como respuesta a una
necesidad: realojar a las víctimas de los barrios destruidos de la ciudad
durante la guerra. Construida entre 1947 y 1952, en este edificio de 18 pisos, “el arquitecto trataba de conciliar la vida
urbana de alta densidad con la inclusión de los “placeres esenciales” de la
luz, el espacio y la vegetación.”1
Este gigantesco bloque de
apartamentos de variadas configuraciones, dependiendo del tipo de familia,
gracias a una ingeniosa manera de acomodar sus reglas de modulación, es la
replica de las viviendas en masa de los años 20, que también fueron construidas
en solución para la escasez de viviendas de la posguerra.
A parte de haber creado arquitectura que
rompió los esquemas establecidos hasta el momento, Le Corbusier crea con la
Unidad de Habitación de Marsella un prototipo de vivienda, que daba cuerpo a su
ideal de la integración del individuo en la colectividad, su versión de vida
ideal, y su esfuerzo por encontrar una verdadera solución social se ve en la
obra.
El edificio es una enorme construcción de 140 metros de largo, 24
metros de ancho y 56 metros de altura, y preveía un funcionamiento interno de más
de 26 servicios independientes. Cada piso contiene 58 apartamentos en dúplex
accesibles desde un gran corredor interno cada tres plantas, “calles en el
aire”. Algunos apartamentos ocupan la planta del corredor y la inferior, otros
la del corredor y la superior.
En el interior del edificio, los 337 apartamentos se cruzan entre sí
en el enorme entramado de hormigón armado. A media altura, una zona comercial
de dos plantas se extiende a lo largo de los 135m del edificio, en el que había
además salas de actos, un restaurante,un hotel, un lavadero y otros servicios
de suministro.
1. CURTIS, William J.
R. La arquitectura moderna desde 1900, 3ª ed. New York, Phaidon, 2006.pág. 439
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